Lo que opinamos los profesores autoritarios sobre la responsabilidad docente
Agustín Villapalos
Hay muchos debates en el seno de la comunidad escolar sobre por qué los estudiantes no estudian, por qué los estudiantes son cada día más vagos, etc.
Yo como profesor autoritario os voy a comentar alguna cosilla: desde luego los profesores como yo no tenemos la culpa de ninguno de estos problemas. La culpa, exclusivamente, la tiene siempre la familia o la sociedad, pero yo desde luego no tengo ninguna responsabilidad. Mis aborrecibles clases magistrales de casi una hora; mis apuntes amarillentos y mi sacrosanto libro de texto desde luego que no pueden tener la culpa de que los estudiantes sean tontos o vagos.
Cada día los estudiantes son más vagos y cada vez quieren hacer menos, no como yo, que llevo sin prepararme una clase desde el Cretácico Superior. Y cuando me toca corregir exámenes me sienta como una patada en el culo. Pero es que para qué voy a preparar nada para esos chicos si después nadie te va a agradecer lo que haces.
Y para colmo la única solución que podría poner fin a este deterioro del sistema educativo es constantemente ninguneada. ¿Cuál es esa solución? La mano dura. La DISCIPLINA.
Que el niño es vago, mano dura, ya verás como se le quita la vaguería. Que el niño es tonto, pues que se ponga a trabajar y no moleste.
Ya pocas satisfacciones le quedan a uno en esto de la docencia: el suspender a un abrumador porcentaje de alumnos porque cada día estudian menos, el prestigio de ser un profesor inaccesible, pero sobre todo las vacaciones que van siempre acompañadas por la mayor satisfacción docente: la paga extraordinaria.